En vísperas de terminar con la cuarta campaña de excavaciones que se desarrolla en el Castro de San Lourenzo, en Cereixa, se informó de los últimos hallazgos.
El equipo que dirige el arqueélogo, Xurxo Ayán, aprovechó la jornada para exhumar varias tumbas que contenían restos humanos. Se trata de restos, en algunos casos, muy bien conservados que ofrecerán información de gran valor. En una de las tumbas se encontró una mandíbula, presumiblemente de mujer, que conserva muchas piezas y hay también un cráneo completo. Este tipo de hallazgos permitirán hacer una comparativa con “Atilano” exhumado el año pasado.
Todos los restos que van apareciendo en el Castro de San Lourenzo, desde que comenzaron los trabajos arqueológicos en verano del 2016, ofrecen importante información del modo de vida en esta zona en los siglos XI, XII y XIII. Entre otras cosas, este trabajo permitirá profundizar en los orígenes de Ribera Sacra como paisaje simbólico en esta época.
En la jornada de hoy acompañaron al equipo de arqueólogos el alcalde de A Pobra do Brollón, Xosé Lois Maceda, y otros miembros del equipo de gobierno. El alcalde habló de la importancia de los trabajos que se hacen en San Lourenzo para “entender nuestra historia” e insistió en que el Castro es además un recurso turístico fundamental para el ayuntamiento.
Este verano a través de las visitas guiadas del ayuntamiento se atendieron una media de 15 personas diarias, quien se interesa por el Castro visita luego otros recursos del ayuntamiento. Hoy incluso, un grupo de peregrinos que pasó la noche en el albergue municipal visitó el Castro. Provenían de Holanda, Francia, diferentes puntos de España y dentro de Galicia, Lugo y Vigo. El Castro, de hecho, está en la ruta del Camino de Invierno a su paso por el ayuntamiento.
Mañana termina la cuarta campaña de excavaciones pero el trabajo no para. Hay que recoger todos los hallazgos, registrarlos y enviarlos a diferentes laboratorios e instituciones en Galicia, País Vasco, Alemania y Suecia, entre otros destinos. Las pruebas que se les hagan a los restos ofrecerán información sobre la dieta, la edad o el origen de estos restos. Cuando terminen todos los estudios, el material se llevará a las instalaciones del Castro de Viladonga para su conservación.
Acaba una etapa, pero el arqueólogo, Xurxo Ayán, ya piensa en la siguiente. Se está trabajando en la búsqueda de financiación para una nueva campaña y se harán las gestiones oportunas para contar el próximo año con un nuevo campo de trabajo, como este año se contó con el campo de trabajo internacional.